El Duelo

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El duelo es un proceso normal y necesario que todos experimentamos después de una pérdida significativa, como la muerte de un ser querido, el divorcio, la pérdida de un trabajo, etc. Aunque cada persona experimenta el duelo de manera diferente, existen cinco etapas que se consideran comunes en la mayoría de las personas. Estas etapas son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

En la etapa de negación, que por lo general se experimenta de primera, las personas pueden negar que la pérdida haya ocurrido. Por ejemplo, después de la muerte de un ser querido, una persona puede esperar que la persona regrese.  Esta etapa puede ser temporal y puede ayudar a las personas a protegerse de la intensidad de las emociones que sienten.

La segunda es la ira; en esta etapa, las personas pueden sentir mucha rabia y resentimiento hacia los demás, hacia el mundo en general, e incluso hacia uno mismo.  Las personas tienden a sentirse frustrados e impotentes.

Después puede llegar la negociación, en la cual las personas pueden buscar maneras de evitar o cambiar la pérdida. Por ejemplo, después de recibir la noticia de la muerte de un bebé, una persona puede intentar negociar con un poder superior o con el destino para evitar la pérdida o para cambiarla de alguna manera.  Otra etapa del duelo es la depresión. En la depresión, las personas pueden sentir una gran tristeza y pueden tener dificultad para concentrarse o para encontrar felicidad en las cosas que antes disfrutaban.  Es común sentir cansancio y tener cambios en el apetito y/o en el sueño.

Normalmente la última etapa del duelo es la aceptación. En esta etapa, las personas finalmente aceptan la pérdida y comienzan a seguir adelante con sus vidas. Por ejemplo, después de la muerte de un ser querido, una persona puede recordarlo con amor y sentir paz al pensar en el/ella.

Aunque se habla de la aceptación como la última etapa, no significa que el duelo haya terminado.  Es normal continuar experimentando todas las etapas nuevamente y en diferente orden.   También es importante mencionar que estas etapas no son universales y pueden variar de una persona a otra. Lo importante es permitirse sentir y expresar las emociones que surgen durante el proceso, ya que esto ayudará a sanar y a continuar con la vida.

A veces, el dolor puede ser muy difícil de superar y puede requerir ayuda profesional. Es importante buscar ayuda si te sientes atrapado en una etapa, si no puedes continuar con tu vida cotidiana, o si sientes que no quieres vivir.

La pérdida de un bebé, ya sea en vida o durante el embarazo, es una pérdida particularmente difícil ya que como sociedad estamos acostumbrados a que los mayores mueren, no los bebés.  Cuando se pierde el bebé en el embarazo existe mucha anticipación de lo que podría haber sido y no fue, aunado a la falta de pocos recuerdos que quedan del bebé.  Además, existe una falta de comprensión por parte de la sociedad ya que muchos no comprenden como puede existir duelo de una persona que no nació o vivió tan poco tiempo. El proceso del duelo en estas situaciones suele ser muy diferente al de la pérdida de un adulto.  Muchas veces, las personas que han sufrido una pérdida durante el embarazo o de un bebé en vida se sienten particularmente tristes ya que viven un estado de incertidumbre sobre lo que podría haber sido, no fue y nunca será. También pueden sentir una gran ira, ya sea hacia el sistema médico, la vida, o hacia sí mismas. La negociación también puede ser una parte importante del proceso, ya que las personas pueden sentir que si solo hubieran hecho algo diferente, el resultado podría haber sido diferente.

La depresión puede ser especialmente intensa en estas situaciones, ya que a menudo se sienten solas y sin apoyo. Es importante recordar que no hay un tiempo específico para superar esta pérdida y que cada persona experimenta el duelo de manera diferente.  La aceptación puede ser especialmente difícil de alcanzar en estas situaciones, ya que muchas veces no se tiene un lugar físico para enfocar el dolor y puede ser difícil aceptar que el bebé nunca llegará a ser parte de la vida cotidiana. Sin embargo, con el tiempo y el apoyo adecuado, es posible encontrar paz y aceptación en la pérdida.

En estas situaciones, es especialmente importante buscar apoyo y ayuda de grupos de apoyo especializados en pérdida de bebés y embarazos.  También es importante recordar que no hay una “manera correcta” de sentir y procesar esta pérdida, y que cada persona tiene derecho a sus propias emociones y formas de enfrentarla.

Recuerda tenerte paciencia, darte espacios para expresar tu dolor y entender que todo lo que sientes es normal y con el tiempo aprenderás a vivir con el dolor.

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