Un 22 de enero de 2015 recibimos con mucha emoción a nuestra adorada Alida Marie López Arosemena. Era nuestro segundo bebé y en este caso, la primera niña. Poco sabíamos de la montaña rusa de emociones que viviríamos con nuestra pequeña.
A unas cuantas horas de haber nacido, nos dieron la noticia que Alida tenía una malformación congénita llamada “Atresia Esofágica” y que debían operarla para hacerle una corrección en el esófago, pero que debíamos esperar a que ella creciera un poco para que el resultado de su operación fuera satisfactorio.
Tuvimos una espera larga y positiva pero a pocos días de su gran día, a nuestra pequeña le dio una bacteria muy fuerte para su cuerpito que lastimosamente no resistió y partió al cielo un 10 de febrero de 2015.
Fue un momento realmente desgarrador para nuestra familia, esperando largas horas que su corazoncito dejara de latir y ella descansara después de haber luchado varias horas por su vida.
Tendremos un vacío para siempre y un amor que seguirá creciendo mientras imaginamos cómo sería nuestra vida con ella entre nosotros, físicamente.
Hoy día nuestra familia ha crecido y nuestros hijos, a pesar de su ausencia, la conocen, la recuerdan y la extrañan tanto como nosotros.
Alida vivirá siempre en nuestro corazón.