Duelo Tardío

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Este mes, queremos tocar el tema del duelo tardío, que se refiere al duelo que se pospone y surge un tiempo después.  Muchas veces las personas deciden que deben ser fuertes para quienes los rodean, suprimiendo así sus sentimientos y dolor para apoyar a los demás.  Otros pueden sentir que la mejor manera de llevar su duelo es mantenerse ocupados en el trabajo o en otras tareas, en lugar de procesar su dolor.  El problema con el duelo es que si no lo procesas y no lo vives, eventualmente va a regresar a buscarte.  El escritor y poeta Mark Liebenow escribió:

“Ignorar el duelo es como una filtración en el techo.  Podemos arreglarla en el momento, o podemos esperar a que se riegue por todo el techo y llegue a las paredes y piso.”

Esto describe perfectamente lo que sucede si no trabajamos el duelo; cuando lo suprimimos llega a otras partes de nuestro ser, afectando otras relaciones o hasta nuestra salud física y mental.

Cuando tenemos el corazón roto, lo sabemos, nadie nos lo tiene que decir.  Después de una pérdida éstas son algunas de las cosas que pueden sucedernos:

  • Comer de más o no tener nada de apetito.
  • No lograr concentrarse en tareas simples.
  • Dormir más de lo usual o no poder dormir del todo.
  • Sentir el pecho apretado o sentir que tienes el corazón en el estómago.

Con el pasar del tiempo la intensidad del duelo suele disminuir.  Podrás funcionar un poco mejor e irás regresando a tus patrones normales de apetito y sueño.  Muchos logran regresar completamente a sus rutinas, pero eso no necesariamente significa que han trabajado su duelo.

A continuación mencionamos algunos indicadores de que no se ha trabajado el duelo:

  • Rehúsas hablar de tu duelo.
  • Evitas pensar en el ser que perdiste ya que los recuerdos son demasiado dolorosos.
  • Evitas lugares o eventos que te recuerdan a la persona que perdiste.
  • Mantienes las mismas rutinas de cuando tu ser querido estaba vivo por miedo a olvidarlas.
  • Evitas cercanía con otros por miedo a perderlos y sentir nuevamente dolor.

La vida sí te cambia después de una pérdida, pero no tenemos que vivir el resto de nuestras vidas en dolor; podemos trabajar nuestros duelos y volver a vivir y amar al máximo.

La información de este artículo fue obtenida del Grief Recovery Method (www.griefrecoverymethod.com)

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