Los amigos también viven el duelo

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Cuando una pareja atraviesa la pérdida de un bebé, los amigos suelen quedarse sin palabras. Quieren ayudar, pero temen decir algo incorrecto. Quieren acercarse, pero no saben cómo hacerlo sin causar más dolor.
Y aunque muchas veces se hable del duelo de los padres, también los amigos viven su propia forma de duelo: el dolor de ver sufrir a alguien que aman, la impotencia de no poder cambiar la realidad, y la confusión de no saber cuál es el papel correcto que deben asumir.

Ser amigo en medio del dolor no se trata de tener respuestas, sino de aprender a estar.
Estar presentes con respeto, sin prisa, sin consejos forzados.
Estar ahí, simplemente, para acompañar desde el cariño y la escucha.

Lo que los amigos pueden hacer

  • Ofrecer presencia, no soluciones. No hace falta encontrar las palabras perfectas; basta con un mensaje sencillo: “Estoy aquí si necesitas hablar o simplemente estar en silencio.”

  • Respetar los tiempos. Cada familia tiene su propio ritmo para procesar el dolor. No presiones ni intentes “animar” demasiado pronto.

  • Recordar las fechas importantes. Un mensaje el día del aniversario o en fechas sensibles demuestra que esa vida sigue siendo recordada.

  • Ayudar con lo cotidiano. A veces, un gesto práctico —como llevar comida, cuidar a otros hijos, o simplemente preguntar qué se necesita— puede aliviar mucho.

  • Cuidarse emocionalmente. Los amigos también pueden sentirse abrumados. Reconocer el propio dolor y buscar apoyo es una forma de cuidar mejor al otro.

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